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Santa cruz FM

Pequeños productores agrícolas son asesorados por la PUCV para ser más competitivos y sustentables.

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Agricultores de la Región de Tarapacá y de la Región de O’Higgins, así como de otras zonas del país, tienen un factor en común: la necesidad de producir de manera sustentable y de aprovechar de buena manera el agua, que cada vez más se transforma en un recurso escaso y que hay que cuidar.

Precisamente para ello, productores agrícolas de Camiña, Pica, Lolol, Paredones y Pumanque están siendo asesorados por profesionales del Núcleo de Biotecnología Curauma, que es un centro especializado de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) que desarrolla proyectos que apuntan a tener triple impacto: ambiental, económico y social.

“Apoyamos a la pequeña agricultura para que sean más competitivos, pero incorporando la componente ambiental y tomando en consideración los impactos que podría generar un mal uso de los recursos. Así, les enseñamos cómo poder mejorar en su productividad, siendo más sustentables, cambiando hábitos y prácticas, por ejemplo en el uso adecuado de fertilizante, manejo correcto de los residuos, el manejo de plagas, para que el proceso de producción sea más amigable con el medioambiente”, explicó la directora estratégica del centro Elba Vivanco.

La profesional añadió que se hace énfasis a que personas, comunidades y pequeñas agrupaciones de productores sean conscientes y más resilientes frente a los efectos del cambio climático.

En el caso de Camiña y de Pica, el trabajo se realiza con agricultura familiar campesina para reducir la brecha en el acceso al agua libre de metales. “Con ellos hemos generado agricultura de cultivo hidropónico, pero generando una intervención que permitiera eliminar el alto contenido de metales que tiene el agua en esa zona a través de la instalación de una pequeña planta de tratamiento”, explicó.

Para ello se implementó un sistema de tratamiento para eliminación de metales para que así pudieran regar sus hortalizas con agua de mejor calidad, lo que permitió fortalecer sus cultivos y crear mayor valor a sus hortalizas.

En tanto, en la Región de O’Higgins, específicamente en el Valle de Nilahue, en las comunas de Paredones, Lolol y Pumanque también se ha trabajado bajo la brecha de escasez hídrica, aportando herramientas prácticas y tecnológicas para el manejo eficiente del recurso hídrico, tales como estrategias de riego, riego deficitario, telemetría y tecnologías de monitoreo para uso eficiente. Se trata de pequeños y medianos productores que por años han realizado cultivos de secano, para cultivos de temporada, pero que ahora tienen acceso a riego y disponibilidad de agua generando una oportunidad de experimentar nuevos cultivos como frutales pero se necesita el apoyo técnico y fortalecer capacidades para lograr un crecimiento sustentable. “Entonces nuestro proyecto, en ese territorio, lo que busca es brindarles apoyo en la toma de decisiones ya que pueden acceder al recurso hídrico pero a un alto valor por lo que debe ser bien aprovechado, desde el punto de vista económico, y también generar cambios de hábitos y conciencia que estamos viviendo tiempos de escasez hídrica”, subrayó Vivanco.

Ambos territorios en los cuales se ha realizado una transferencia de conocimientos y de vinculación desde la academia hacia pequeñas organizaciones de productores ha sido posible gracias al cofinanciamiento otorgado por el Gobierno Regional de O’Higgins y de Tarapacá a través de Fondos FIC 2020.

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