Un momento especial y significativo se vivió en la Parroquia San Fernando Rey y también en la vida del seminarista Javier Adasme Melinao, este pasado miércoles, el seminarista ingresó a la etapa discipular, un hito importante en su camino de formación.
Un día lleno de emociones y bendiciones, donde Javier Adasme recibió la cruz y el alba, símbolos que marcarán su compromiso y dedicación a servir a Dios y a la comunidad. Su entrega y devoción que inspiran a todas y todas, los que estuvieron emocionados de acompañarlo en este paso tan especial.
Palabras de Javier Adasme Melinao “En estos momentos solamente agradecer a Dios por su infinita misericordia, agradecer por todo lo bueno, lo maravilloso y la misericordia que tiene hacia mí. Agradecer a mi familia, a mis amigos, a la comunidad de Chimbarongo, por su educación, por haberme educado en la fe y agradecer al Señor por la comunidad que me tocó. Quisiéramos agradecer con Luis a la comunidad de San Fernando Rey por habernos acogido en este año, por habernos acompañado, por habernos animado también y, ¿por qué no?, agradecer también al Padre Aquiles que nos acogió en esta misión que nos encomendó el Señor Obispo. Agradecerle a usted, Padre Aquiles, agradecerle por su paciencia, por su cercanía y por habernos acogido en esta comunidad. Dios les pague. Estaremos rezando por ustedes y espero que nos tengan en sus oraciones. A mí y a mis hermanos del seminario. Aquí tenemos hermanos de distintos niveles. No vinieron los diáconos que se ordenan el sábado, para que también los tengan en sus oraciones. Muchas gracias”.