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Santa cruz FM

Más de 700 sacerdotes han nacido de las familias de la Diócesis de Rancagua.

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Durante la celebración del Centenario diocesano, monseñor Guillermo Vera destacó el fruto de la evangelización familiar, agradeciendo a los sacerdotes que han consagrado su vida al servicio de la Iglesia de la región de O’Higgins.

En un clima de profunda gratitud y fe, monseñor Guillermo Vera Soto, obispo de la Diócesis de Rancagua, recordó la labor de tantos sacerdotes que, a lo largo de los años, han acompañado a las comunidades de la Región de O’Higgins en su homilía de la celebración del centenario.

“Han sido ellos quienes, con generosidad, han llevado los sacramentos, atendido las Iglesias, acompañado a los enfermos y consolado a quienes buscaban esperanza”, expresó el pastor diocesano, resaltando la vida entregada de los presbíteros que han marcado la historia local.

En sus palabras, monseñor Vera destacó el valor de la familia cristiana como “el primer lugar de evangelización”. “En ella aprendimos a rezar, a mirar a la Virgen con ternura y a celebrar la fe. De nuestras familias han surgido más de 700 sacerdotes y muchos religiosos y religiosas, signo de una Iglesia viva y agradecida”, señaló.

El obispo también recordó el rol central de las parroquias, a las que describió como “el corazón de nuestros pueblos y ciudades, donde se vive, se celebra y se anuncia a Jesucristo”. En la diócesis existen 67 parroquias y más de 700 capillas, comunidades vivas que han mantenido encendida la fe durante generaciones.

Con emoción, monseñor Vera elevó una plegaria por los sacerdotes fallecidos “que celebran eternamente en la gloria de Dios”, y dirigió un especial agradecimiento a quienes siguen sirviendo hoy. “Gracias por su vida entregada, por su ministerio fiel y por hacer presente a Jesucristo entre nosotros”, dijo.

Finalmente, invitó a todos los fieles a cuidar sus parroquias y capillas, manteniéndolas abiertas y acogedoras. “Que sean lugares de encuentro, oración y fraternidad; espacios donde cada uno pueda descansar en el Señor y renovar su deseo de evangelizar”, concluyó el obispo en un mensaje lleno de esperanza y compromiso pastoral.

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