Cargados de alegría y esperanza llegaron cerca de 220 jóvenes de la región de O’Higgins a la comuna de Nancagua para participar este sábado 6 de noviembre en la XVIII Peregrinación Juvenil al Santuario de Puquillay, bajo el lema “María, siempre joven”.
La actividad, organizada por Departamento de Pastoral de Juventudes de la Diócesis de Rancagua tuvo una buena acogida y fue muy bien recibida por los jóvenes que pudieron participar presencialmente, luego de que el año pasado sólo pudiese hacerse de manera virtual.
Desde la pastoral juvenil diocesana enfatizaron que “sabemos que estamos viviendo momentos desafiantes y delicados como país y humanidad, pero los cristianos estamos llamados a llevar la luz de la esperanza en los momentos oscuros de la vida, y hoy quisimos llevar esta luz con la Madre de Jesús, nuestra Madre María. Quisimos ser peregrinos, en salida, como miembros jóvenes de una Iglesia en salida, servidora”.
Encuentro con el obispo
Con el fin de resguardar la seguridad sanitaria, se pidió a los participantes portar el pase de movilidad y cumplir con todas las medidas sanitarias dispuestas como el uso de mascarilla.
El recorrido contempló tres estaciones. La primera estación fue en Puquillay Bajo, donde se reunieron a las 9 horas, para comenzar a las 10 horas la peregrinación; la segunda estación que estaba a los pies del Santuario de Puquillay; y la tercera estación fue el Santuario mismo, donde se realizó un concierto musical y posteriormente, a las 12 horas, el primer encuentro de los jóvenes con obispo de Rancagua, Monseñor Guillermo Vera, quien ofició la santa misa.
En la oportunidad, monseñor Vera recordó la importancia de orara con fe a nuestra Virgen madre, sobre todo en este inicio del Mes de María, y los conminó a aprender a ser mejores discípulos de Jesús y mejores misioneros del Señor.
Cabe señalar que dentro de los asistentes se encontraban los 22 jóvenes que durante el año participaron en el curso de Líderes Juveniles, que se efectuó durante el año. Ellos recibieron su certificado de manos del obispo diocesano.
Fuente: Comunicaciones Rancagua